Breve lección de la Prof. Fernández-Ballesteros sobre los estereotipos sobre el envejecimiento activo que son las base de los Yoyas que funcionan como amanazas a envejecer bien y vivir con vitalidad en el Curso PUM-e impartido en cuatro universidades (la UAM, la UNAM de Méjico, la Universidad Católica de Chile, la Universidad de la Habana) bajo los auspicios del Programa UAM-Santander

La concepción que tengamos sobre el paso el tiempo nos influye más, a medida que nos acercamos a la vejez. Normalmente nos vemos condicionados por estereotipos asentados en la sociedad que atribuyen a la edad elementos negativos, que se asumen como verdades y transformamos en “yo yas”.

La investigación pone de relieve que se aprendemos a todo lo largo de la vida, también en la vejez, por lo que siempre estamos a tiempo de modificar nuestros estereotipos erróneos sobre el envejecimiento: de hecho, está demostrado que las personas que tienen un concepto positivo de su propia vejez, ¡viven más y con mejor salud!

Nuestro consejo: ¡replantearnos los tópicos sobre la vejez! Nuestras expectativas son las que determinarán nuestro comportamiento y, en consecuencia, cómo envejeceremos.

Este gráfico ejemplifica las continuas interacciones entre el tiempo (la edad) y eventos externos de una persona, que determinan su estado cuando llega a una determinada edad.

Los “yo ya” también se utilizan como coartadas cuando no se desea hacer alguna cosa… Con este hábito sólo se extiende la visión limitadora de la vejez, por lo que lo aconsejable sería evitar el “yo ya” y ser más sincero con un sencillo: no me apetece.

La carga negativa atribuida a la edad es una práctica extendida en nuestra sociedad actual. Prácticamente todos conocemos a personas mayores y en el ánimo de protegerlas podemos influir indirectamente en estas ideas erróneas sobre la edad, (es frecuente la sobreprotección con la gente más próxima).

Recogemos ejemplos de actividades de la vida cotidiana que se dejan de practicar “por la edad” y sus efectos:
- agacharse: si se delega continuamente en un tercero, las personas mayores van interiorizando esta profecía de que es mejor que lo haga otro, reduciéndose su autonomía.

- subir en andando los pisos: se ha de evitar el ascensor, siempre que sea posible, con el objetivo de que exista una dosis diaria de ejercicio físico y, por tanto, un entrenamiento cardiaco que reducirá la posibilidad de tener problemas de fatiga o de déficit de movilidad, entre otros.

- salir de casa: en ocasiones, abogando por la seguridad y comodidad de la persona mayor, se confía en alguien que les haga los recados y les lleve a casa lo que puedan necesitar. Es preferible que la persona mayor mantenga su rutina (siempre que sea posible), salga al exterior y se relacione con los demás, es decir, que se vea útil para sí misma y, además, conserve cierta vida social.

En definitiva, la mayoría de los Yoyas son las circunstancias las que producen, siendo problemas evitables (como la falta movilidad, el coger más peso, el aislamiento) y no tanto el paso de los años.

A Dª Margarita, de 70 años, le duele la rodilla y acude al médico, quien la examina y le diagnostica: "Sra., esto que le pasa se debe a su edad".

Margarita permanece callada durante unos segundos y contesta: Doctor, eso no puede ser, la pierna izquierda tiene la misma edad y, sin embargo, no me duele.

Conclusión:
El médico está transmitiendo una idea falsa sobre los efectos de la edad.

Es cierto que a más edad, más probabilidad de padecer patologías osteoarticulares de rodilla… Pero si a Dª Margarita le duele la rodilla no es por sus años, sino porque tienen una enfermedad que aparece con más frecuencia en la vejez.

Es importante esta diferenciación, ya que la enfermedad, probablemente, pueda solventarse, por contra en lo referido a la edad de la paciente.

Como identificar mis yoyas y combatirlos por medio de la "Estrategia CIEM" (Conoce, Identifica, Evalua y Modifica)